El reto que enfrentan las empresas ya no solo es capacitar a los empleados para hacerlos más productivos, también deben fomentar su compromiso como ciudadanos responsables.
La sustentabilidad no es un costo, es una inversión, es la idea del mensaje que José Oriol Bosch, director general de la BMV, mencionó en el marco de la presentación de PetStar, ejemplo de una empresa sustentable.
La sustentabilidad dejó de ser un tema relacionado únicamente con el cuidado y la protección del medio ambiente, hoy, la sustentabilidad involucra el reto de mantener una economía sana, dinámica y creciente con una sociedad con igualdad de oportunidades para todos. Ante esta nueva dinámica, las empresas se han dado cuenta del sin fin de oportunidades que puede generar el desarrollo de planes estratégicos bajo el concepto de sustentabilidad y responsabilidad social.
El desarrollo sostenible o sustentable cobra importancia a raíz de los acuerdos alcanzados en la Cumbre de Río (organizada por Naciones Unidas en Río de Janeiro) en 1992, en esta declaración los países se comprometieron a formular estrategias de desarrollo sustentable. En 2004 la OECD publicó los Principios de Gobernanza Corporativa, en donde se invita a las empresas a promover prácticas de transparencia y responsabilidad corporativa para contribuir con los objetivos de desarrollo sustentable de los países, las empresas de manera voluntaria y paulatina fueron enfocando sus acciones hacia el concepto que hoy damos como un hecho. Este cambio de enfoque implica modificaciones desde los planes de gestión y de estrategia hasta cambios en el modelo de negocio.
Considerando aliados estratégicos
En la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) la empresa debe considerar en sus planes las posturas de los grupos de interés, esto es considerar como aliados estratégicos tanto a los trabajadores, clientes y proveedores, como a los accionistas, agentes sociales, administraciones territoriales y a la comunidad en donde la empresa desarrolla sus operaciones. Es así como las empresas han dejado de ocuparse únicamente del interés económico para ser copartícipes del desarrollo sustentable de su entorno tanto en lo social como en lo ambiental, contribuyendo así para la construcción del bien común.
El compromiso social y ambiental también proporciona ventajas competitivas para la empresa pues la sociedad y los consumidores demandan cada vez más conocer los impactos de las empresas tanto en la comunidad como en el medio ambiente. Un ejemplo de ello es el Distintivo ESR que otorga el Centro Mexicano para la Filantropía, A.C. (Cemefi) con el objetivo de premiar a las empresas con acciones de responsabilidad social. Este año se entregaron 913 distintivos, 28 de las empresas que lo recibieron cuentan con más de 15 años de operaciones contínuas en materia de responsabilidad social.
El reto que enfrentan las empresas ya no solo es capacitar a los empleados para hacerlos más productivos, también deben fomentar su compromiso como ciudadanos responsables, porque ellos son quienes hacen a las empresas responsables y, a su vez, a las comunidades responsables. “La responsabilidad social comienza con el individuo, en su colonia y en su municipio”, así lo mencionó el Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, en la conferencia de premiación del Distintivo ESR.
Por: Klaus German Phinder, Director de Desarrollo Corporativo y Responsabilidad Social de AB Estudio de Comunicación y Presidente de la revista Ganar-Ganar.