“De los diez problemas más importantes de la empresa, el mayor es una mala selección del personal, y los otros nueve son derivados de lo mismo”. Anónimo
Si me preguntaran cuál de todas las áreas de recursos humanos es la más importante, sin duda alguna y sin restarles valor e importancia a las demás, diría que es la Selección del personal. Sin duda alguna uno de los problemas más importantes en las empresas es la selección de talento, pero el verdadero reto de toda organización es hacerse de talento de calidad. Al hablar de talento de calidad, me refiero no solo a que tenga las competencias técnicas propias y necesarias del puesto al que va a ser contratado, sino que también tenga ciertas habilidades y competencias. Por mencionar algunas de las más importantes como el liderazgo, responsabilidad, integridad, honradez, actitud propositiva, empuje, proactividad, ecuanimidad, inteligencia emocional, trabajo en equipo, saber escuchar, sentido de urgencia, responsabilidad, trabajo bajo presión, humildad, sencillez, etcétera. Sin embargo, lo más importante es que sea una persona con valores y principios morales fuertemente arraigados; y sinceramente encontrar todas estas competencias y cualidades, o parte importante de las mismas, resulta sumamente complicado.
El personal “tóxico”
En muchas organizaciones existe personal muy valioso que las empresas desean retener, aunque resulta muy complicado casarse con el empleado a largo plazo por diversas circunstancias en el entorno. Pero existe otro tipo de personas que la empresa se pregunta, ¿Cómo es posible que esta persona haya entrado a laborar aquí? o ¿Quién contrató a este tipo? ¿Cómo llegó a la empresa? Es precisamente esta clase de personas que se vuelven un verdadero dolor de cabeza para las organizaciones. Es el tipo de personas de las que se quisieran deshacer prontamente, pero por diversas circunstancias o costos no lo hacen, aceptando convivir diariamente con ellos convirtiéndose en un “cáncer”. Éste es el personal tóxico que poco a poco va contaminado a las empresas, que entran poco a poco y se va minando en la estructura y dañando a la misma, como la humedad en las casas, que cuando la descubres ya hizo un daño tremendo. Haciendo una analogía burda, el tener un empleado tóxico es como si nos comiéramos un alimento descompuesto, ya lo tienes adentro y te hace estragos en el estómago hasta que lo desechas; igual pasa con los empleados tóxicos y negativos; el daño que ocasionan a la empresa es mayúsculo y cuando éstas se logran deshacer de los mismos ya el mal está hecho porque causaron un daño mayor al ir contaminando a través del tiempo a gran parte de la misma, dejando también daños y costos colaterales.