El mundo atraviesa momentos difíciles y de crisis, y es aquí donde hay que reconocer nuestra capacidad para reinventarnos.
Se pronostican meses de incertidumbre, dificultades y desaceleración económica a nivel mundial a causa de la contingencia sanitaria, algo que preocupa sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, cuya importancia en la actividad productiva de nuestro país es relevante, partiendo de los datos de INEGI, nos indica que existen en promedio 4.2 millones de Pymes, las cuales generan el 72% del empleo y contribuyen con el 52% del Producto Interno Bruto (suma de bienes y servicios que se producen en un país).
Aunado a ello, es un hecho que ninguna micro o pequeña empresa cuenta con un plan de contingencia para épocas de baja productividad, es probable que exista en alguna mediana, pero de manera excepcional.
Temas de atención diaria como la atención a clientes, los registros contables, el pago a proveedores, el seguimiento de las cuentas por cobrar, etc; se convierten en un dilema al suspenderse toda actividad laboral presencial.
Por otra parte, el patrón está obligado a seguir pagando el salario, por lo menos, por un plazo de 30 días y evitar, en la mayor medida, decisiones de reducción de la plantilla laboral con las consecuentes liquidaciones, ante la falta de generación de actividades económicas derivada de la alerta mundial.
Apoyos
Ante este panorama, para evitar la insolvencia financiera y mitigar los efectos de la incertidumbre, cúpulas empresariales, instituciones de crédito y el propio gobierno federal, a través de la banca de desarrollo (Banobras, y Nafin/Bancomext), han anunciado recientemente una serie de apoyos ante la grave situación de sobrevivencia y permanencia de estas entidades, sin embargo, la mayoría son “paliativos” que no resuelven la situación porque, o son insuficientes o conllevan un mayor endeudamiento a mediano y largo plazo.
Lo mismo se ha anunciado por parte de la autoridad de la seguridad social (IMSS), “facilidades” para el pago diferido de las cuotas obrero-patronales. Incentivos fiscales ninguno, y los pagos de los impuestos mensuales (IVA e ISR correspondientes) seguirán realizándose en tiempo y forma.
Por: C.P. Alejandro Montero Arredondo,
Consultor Grupo Confianza.