En México, sólo el 15% de las empresas cuenta con un programa estructurado de Wellness y de éstas, el 86% lo encamina solamente a los empleados con contrato de tiempo indefinido.
El aumento de la expectativa de vida, el envejecimiento de la fuerza laboral, el desarrollo de nuevas tecnologías médicas, y la paridad del peso frente al dólar para la importación de insumos médicos hacen de la sostenibilidad de los beneficios de salud un tema preocupante para los empleadores; esto sin dejar a un lado el impacto que también se puede lograr en la calidad de sobrevida y la productividad de aquellos empleados con algún padecimiento.
Aunque aparentemente la principal razón para implementar un programa de Wellness es el impacto económico por el ahorro en los costos de la salud; la verdadera razón para su aplicación es mejorar el compromiso con los empleados, seguida de la competitividad como empleador para atraer y retener el talento, y en tercer lugar disminuir el ausentismo.
Mi experiencia en Mercer, como líder de la práctica de Consultoría en Salud en México y director de Beneficios; encontré que los indicadores de compromiso y satisfacción de los trabajadores se pueden medir a partir del primer año de la implementación de un programa de Wellness.
En este sentido, los indicadores de favorabilidad del compromiso de los empleados se pueden incrementar entre 6 y 8 puntos porcentuales, al hacer un análisis combinado de aquellos trabajadores que participan activamente en el programa en comparación con el promedio general de todos los empleados de la organización.
Por Diego Ramírez
Si desea conocer el texto completo busque nuestra edición de octubre en todos los Sanborns del país o suscríbase.