Maternidad, estrés y culpa en las mamás que trabajan

Las mujeres son el centro económico de más del 50% de las familias en México; no obstante, investigaciones del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI) revelan que ocho de cada 10 madres mexicanas que trabajan, ya sea como empleadas, emprendedoras, en puestos ejecutivos o directivos, se sienten culpables de no dedicarles a sus hijos más tiempo.

 Estas mujeres están diagnosticadas con estrés crónico, padecen de sentimientos de culpa, depresión y frustración porque se auto perciben como “no buenas madres”. Este grupo de mujeres reconocen que les gustaría estar más tiempo en casa, en la convivencia y cuidado de los hijos, sin embargo, se sienten muy frustradas porque el tiempo nos les rinde.

Es así que la culpa es el padecimiento emocional principal que sienten cuando están en el trabajo, lo cual se incrementa cuando pasan horas extras. La culpa se puede manifestar como remordimiento, enojo, frustración, tristeza y ganas de compensar a los hijos por el tiempo que están fuera de casa.

 Esta compensación, al no ser con calidad de tiempo, muchas veces es económica, lo cual no puede cubrir el sentimiento de frustración de las madres que trabajan; en cambio, puede producir efectos negativos en los niños y adolescentes: desde basar las relaciones en objetos materiales, falta de límites en los niños, indisciplina, entre otros efectos colaterales. El estar en los contextos laborales, ausentes de su casa, también les genera estrés que se manifiesta de forma crónica.

 Por un lado pueden ser exitosas en lo laboral o empresarial y al mismo tiempo tratan de serlo en su rol materno, pero en muchas ocasiones no lo logran. El estrés tiene manifestaciones principalmente somáticas, como: dolores cabeza o en el pecho, enfermedades gastrointestinales, taquicardia, baja o aumento de peso, fatiga, problemas del sueño y una constante sensación de angustia, enojo y preocupación.

En suma, este grupo de mujeres, no se quedan tranquilas con el dicho popular de “es más importante la calidad que la cantidad”. Este escenario también repercutirá en el ambiente laboral: Casi el 60% de las madres económicamente activas que presentan este cuadro emocional reportan que de igual forma repercute en su productividad, en sus relaciones de trabajo o negocio. La razón son los problemas de frustración y depresión que con certeza minarán su productividad laboral.

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Por: Dra. Claudia Sotelo Ariasi

Directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI). Psicoterapeuta de niños, adolescentes y familias.

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