“MUJERES AL MANDO”

 

 

El rol de las mujeres ha cambiado, en la actualidad no sólo son amas de casa y cuidan a sus hijos, sino que desarrollan múltiples tareas, están insertas en el mundo laboral, son jefas de hogar y madres de familia, porque el entorno ya se los exige.

Anteriormente, el mundo laboral estaba lleno de valores masculinos y a pesar de todas las políticas de igualdad de oportunidades existentes, el hombre se­guía dominando el mundo empresarial, mientras que la mujer, tradicionalmente ocupaba un rol dentro de la casa.

En la actualidad, la incorporación de la mujer en el mercado del trabajo recibe una atención especial y el mercado laboral hoy en día, es ocupado en un 45% por mujeres y 55% por hombres.

De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) durante el 2012, las tasas de desempleo de las mujeres son más altas que las de los hombres a escala mundial.

Ante esta situación, la celebración del Día Internacional de la Mujer siempre da espacio para reabrir la discu­sión sobre los derechos y reales oportunidades que ellas tienen en el mercado laboral, y más aún en México donde la tasa de participación laboral feme­nina alcanza cerca de un 45% y donde el modelo tradicional de familia ha cambiado notoriamente, ya que más de la cuarta parte de los hogares mexicanos cuenta con una mujer a la cabeza, según datos de la Organización Internacional del Trabajo.

El desafío es lograr que las empresas creen incen­tivos y planes de beneficios que les permitan a las mujeres conciliar familia y trabajo y ser capaces de rendir en ambas tareas como se les exige. Además, estudios demuestran lo importante y estratégico que es para las organizaciones contar con diversi­dad entre sus integrantes, ya que cada uno cuenta con sus habilidades y competencias, lo que per­mite que las empresas tengan mejores resultados.

Las mujeres que también son jefas de ho­gar, por lo general, son personas muy res­ponsables y comprometidas con su trabajo, ya que necesitan de él para mantener su familia. Además, son más productivas y efi­cientes, porque no quieren perder el tiem­po, ya que eso se traduce en extender su jornada y por ende, llegar más tarde a su hogar.

Sin lugar a dudas, la conciliación entre vi­da familiar o personal y vida laboral, cons­tituye uno de los mayores retos de nuestro tiempo y es un requisito fundamental para avanzar en pro de una sociedad más justa e igualitaria.

Al mismo tiempo, la incorporación de las mujeres ha puesto al descubierto la existen­cia de una rigidez en los papeles de género, una desvalorización de las labores domés­ticas y la percepción de que ellas deben asumir el cuidado familiar y del hogar, lo cual las obliga a realizar al mismo tiempo trabajo remunerado y no-remunerado.

Por: Margarita Chico

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