“Desde su inauguración se ha caracterizado por su vocación innovadora y por ser un impulsador de las artes plásticas.”
Todo comenzó en Europa en el año de 1851, cuando Joseph Paxton como símbolo de progreso y modernidad diseñó la majestuosa estructura el “Crystal Palace” de Londres, cuya combinación de materiales originaron un nuevo estilo arquitectónico, parte del Jugendstil. Este estilo fue aprovechado más tarde por las ciudades europeas para organizar ferias en sus recintos como la “Exposición de Arte e Industria Textil”. Debido a la simbiosis entre la fuerza del hierro y la delicadeza de los ornamentos, dieron vida al inherente y atractivo estilo conocido como Art Nouveau o Modernismo. Mientras tanto, la Compañía Mexicana de Exposición Permanente, S.A. se vio influenciada, e interesada en realizar exposiciones comerciales de productos industriales y artísticos; así que compró tres de las cuatro salas de exhibición del colosal edificio de Möhring. La estructura fue desmontada y embarcada para trasladarla a la Ciudad de México y sus piezas llegaron por tren a la antigua estación de Buenavista, muy cerca del sitio que se había elegido para su construcción. La Cabaña de la Buena Esperanza fue ensamblada entre 1903 y 1905 en el terreno marcado con el número diez de la calle Chopo en la colonia Santa María la Ribera. Por sus torres de hierro semejantes a campanarios y su majestuoso pórtico, el edificio parecía más una catedral y por su parecido al “Crystal Palace”, los vecinos comenzaron a llamarle “El Palacio de Cristal”, pero el edificio no pudo cumplir con los fines de su adquisición. En 1909 el edificio fue rentado por la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes para montar el Museo de Historia Natural. En 1910 el presidente Porfirio Díaz, inauguró la exposición de Arte Industrial del Japón, y en este punto de la historia comenzó a ser conocido como “El Pabellón Japonés”. En 1913 se inauguró el Museo de Historia Natural, denominado el primer museo nacional dedicado a las ciencias naturales. Éste alcanzó gran popularidad, acogiendo alrededor de mil 200 visitantes diariamente, y fue entonces cuando lo llamaron el Museo del Chopo. Sin embargo, las malas condiciones del edificio ocasionaron el cierre del Museo en 1964 y su colección fue distribuida entre el Museo de Historia Natural de Chapultepec, el Museo de Geología, institutos, escuelas y facultades de la UNAM.
Por: Museo Universitario del Chopo Si desea conocer el texto completo busque nuestra edición de Noviembre en todos los Sanborns del país.