La angustia, temor y estrés, son emociones que han predominado en los empleados desde que inició la pandemia del Covid-19, por la reducción de personal o el cierre de empresas. Tan solo en México, 1 millón 10,857 micro, pequeñas y medianas empresas cerraron por la crisis sanitaria, revela el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Si a esto se suma el estrés que genera el tener que estar físicamente en la empresa porque la actividad no es posible a través de home office, donde predomina el riesgo de contagiarse del virus, los empleados se sumergen en mayor angustia, lo que puede mermar su productividad y dañar su salud tanto física como emocional. Por ello, los líderes deben trabajar en crear una organización que no genere miedo.
De acuerdo con Amy Edmondson, autora del libro “La organización sin miedo”, la mayoría de las organizaciones hablan de la seguridad psicológica, pero no la proporcionan, lo que desalienta a las personas y las inhibe de participar. Si hay un momento donde más deben promover esto es ahora y hasta que termine la crisis de la pandemia.
Pero mantener seguras a las personas sobre sus empleos y ser claros en la comunicación, no es lo único que garantiza que una empresa sea libre de miedo (aunque en estos momentos es vital), sino que se trata de dar confianza de expresarse libremente sin temor a recibir represalias, críticas o no ser tomados en cuenta. Acoger las ideas, reconocer y recompensar a las personas por compartir opiniones, así como señalar errores, permite a las organizaciones tener culturas sin miedo, y al mismo tiempo, crecer como empresa, ya que si el miedo predomina, el pensamiento y el aprendizaje se perjudican y la gente se mantiene callada.
Por: María Vallejo
Reportera