Su próxima entrada en vigor ha puesto sobre la mesa el tema y eso abre la posibilidad de discutir, analizar y decidir qué es lo mejor para nuestras corporaciones
¿A quién compete la responsabilidad sobre la salud mental de un colaborador? ¿Los trastornos en el equilibro psicológico dependen solo de factores del medio laboral? ¿Están bajo control esas variables de la empresa?
Recientemente se anunció con bombo y platillo la entrada en vigor —en octubre próximo— de parte importante de la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018, Factores de riesgo psicosocial en el trabajo-Identificación, análisis y prevención, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 23 de octubre del año pasado.
El objetivo que planteó el legislador para la norma fue: “Establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo”. Por lo tanto, vale la pena aclarar el concepto de Factores de Riesgo Psicosocial.
De acuerdo con el Informe del Comité Mixto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) / Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Medicina del Trabajo de la 9ª reunión de Ginebra en 1984, se definió con los siguientes términos: “Los factores psicosociales en el trabajo consisten en interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de su organización, por una parte, y por la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual, a través de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud y en el rendimiento y la satisfacción en el trabajo”.
Si algo resalta de esta primera delimitación es que, para los expertos de la industria, los factores de riesgo psicosocial van de la mano con variables que atañen tanto a la empresa como al propio colaborador. Y más aún, el citado informe lo relaciona clara y directamente con las percepciones y experiencias de los trabajadores.
Relevancia del estrés laboral para las empresas
Cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han revelado que, en nuestro país, más del 40% de los mexicanos padecen estrés laboral; ello como producto de ser la nación con uno de los mayores índices de horas trabajadas por jornada. Esto, lamentablemente, trae aparejado muy pobres resultados en materia de productividad.
Por otro lado, los números de Workplace Wellness Council-México confirman que un trabajador puede llegar a ausentarse de la empresa alrededor de 20 días por padecimientos como depresiones, ataques de pánico y ansiedad. El ausentismo, acorde con estudios del Instituto Mexicano del Seguro Social, tiene un costo de más del 7% de la nómina de una corporación, así como pérdidas en materia de productividad por arriba del 20%.
Es evidente que el tema de salud, particularmente el de la salud mental de nuestros colaboradores, es trascendente; no solo para efectos de conseguir objetivos corporativos, sino para que nuestros centros de trabajo sean escenarios de relaciones industriales sanas, lo que impacta en las familias de los trabajadores y en la sociedad.
Por: Angélica de la Vega. Fundadora de ADV Comunicación Inteligente.