Tener profesionales desgastados implica reducción del desempeño en general, rotación de personal y mala calidad del ambiente laboral.
Si bien el trabajo es muy importante en la vida, no lo es todo. Muchos profesionales lo saben y tratan de balancear el trabajo con sus otras facetas como personas. Sin embargo, para un grupo de ellos no es tan sencillo lograr este balance, se vuelven obsesivos con su trabajo y descuidan otros aspectos de su vida, con consecuencias adversas para su desarrollo y estabilidad laboral.
Desde que comencé mi vida profesional se quedó grabado en la mente el consejo de mi jefe, que para ser exitoso había que tener una vida balanceada, desarrollar nuestro lado profesional al igual que nuestra espiritualidad, individualidad, salud y relación Desde que comencé mi vida profesional se quedó grabado en la mente el consejo de mi jefe, que para ser exitoso había que tener una vida balanceada, desarrollar nuestro lado profesional al igual que nuestra espiritualidad, individualidad, salud y relación
Cada día se escucha más de ejecutivos divorciados porque no han sabido compaginar el éxito de su carrera con su vida familiar. No debería ser así. Los buenos ejecutivos son necesarios y se requiere que tengan vidas balanceadas. Un jefe obsesivo que no tiene vida más que para el trabajo, genera un clima adverso y tiende a replicar su estilo entre los siguientes niveles.
Sin embargo, hay quienes pueden realizar su trabajo con altos niveles de desempeño manteniendo una vida balanceada. Tal es el caso de Roger Federer, tenista que ha estado entre los primeros diez del mundo desde el 2003, encabezando el ranking mundial en múltiples ocasiones. A la edad de 37 años, en 2018, es nuevamente el mejor del mundo. No todos los tenistas han tenido esta suerte. Bjon Borg, tenista número uno del mundo entre 1974 y 1981, se retiró a los 26 años totalmente desgastado, una edad temprana para quien está en la cima.
El problema del desbalance
Cuando un profesional se desgasta laboralmente se dice que existe un desequilibrioentre la carga de trabajo y las posibilidades de este para estar a la altura de las exigencias. Entre las profesiones con mayores personas desgastadas están aquéllas con gran responsabilidad y/o con un constante contacto con clientes y proveedores.
Profesionales de la salud (médicos, enfermeros), docentes, operadores de centros de llamadas y personal de fuerzas armadas figuran entre las personas que más sufren el desgaste ocupacional. También están los deportistas de alto rendimiento, los ejecutivos y los gobernantes.
Los síntomas característicos de quienes están fatigados en sus trabajos incluyen el agotamiento físico y emocional, la despersonalización y la reducción de logros personales. Las personas se cansan rápidamente y se vuelven poco tolerantes con sus clientes, proveedores o colegas. Operan automáticamente, como robots, y dejan de conectarse con los sentimientos involucrados en la relación con otras personas. Consecuentemente, su desempeño se reduce por una baja autoestima por no poder valorar su aportación con su trabajo. Para la organización, tener profesionales desgastados implica reducción del desempeño en general, rotación de personal y mala calidad del ambiente laboral.
Por: Carlos M. López Hernández,
Presidente, Innova Consultoría, S.C.