La pandemia llegó sin aviso, sin reglas y sin lineamientos, por lo que las empresas no sabían a ciencia cierta qué hacer para mitigar los conflictos de la enfermedad. Conforme se avanzó, crearon protocolos de acción que les ha permitido mantenerse; sin embargo, a casi año y medio, muchas organizaciones aún no son resilientes. A pesar de la crisis, solo 25% de las organizaciones tiene un proceso formal o integral para evaluar y modelar el impacto de riesgos, así lo revela el Informe de Resiliencia al Riesgo, elaborado por Marsh, agente de seguros y asesor de riesgos.
Para que las empresas desarrollen mejor su resiliencia y enfrenten mejor futuras amenazas, proponen cuatro pasos, siendo el primero anticipar los riesgos, se recomiendan mediciones de la agregación de riesgos, así como métricas de prueba de estrés para saber cuánto puede soportar la organización y en qué puntos de la cadena de valor; medición de alerta temprana de eventos de crisis y sobre socios esenciales de la cadena de suministro para ayudar a evaluar el riesgo de contraparte.
El segundo, conectar el riesgo con la estrategia del negocio, ayudará a largo plazo a avanzar y mitigar la exposición financiera, el daño reputacional, interrupción del negocio y otras pérdidas. Una de las razones por la que no se hace es la falta de colaboración entre las diferentes áreas.
Evitar brechas en la percepción de la preparaciónes el tercer punto que requiere una visión precisa de la preparación organizacional, porque una falsa sensación de seguridad puede detener la operación, finalmente, está la medición de datos relevantes, para lo cual las organizaciones deben implementar métricas para evaluar el camino.
Por: María Vallejo
Reportera