La continuidad como persona, con la familia y de tu negocio como generador de riqueza, nos obliga a estar cada vez mejor preparados.
Hace un par de años cuando vivimos el sismo del 19 de septiembre de 2017, justo hablé de la necesidad de que las empresas de menor tamaño contemos con un plan de contingencia y continuidad, es increíble como el mundo está cambiando ante una pandemia de la magnitud del COVID-19, mucho hemos hablado de que el mundo no será el mismo a partir de ahora, pero ¿qué va a pasar contigo?, ¿qué va a pasar con tu familia?, ¿qué va a pasar con tu negocio? Pues estas y muchas otras preguntas son las que han rondado por la cabeza de todos en las últimas semanas. En este artículo trataremos de abordarlas para enfocar nuestros esfuerzos en ir resolviendo estas y muchas interrogantes que surgen ante la nueva realidad que vivimos.
Realizar un análisis de la situación y planear.
Consiste en realizar un informe de los impactos que tendría la interrupción de las actividades. Con base en este informe, hay que identificar los procesos críticos involucrados con dichas actividades y priorizar la atención de dichos procesos para su recuperación.
Mantener bajo control el daño.
En esta etapa se pone atención en las áreas que representan para los interesados el mayor activo, esas que no se pueden detener. Hay que considerar que ante una contingencia se debe recuperar de inmediato la información, la cual permita seguir operando desde cualquier lugar. A esto se le conoce como Plan de Recuperación de Desastres o “Disaster Recovery Plan (DRP). En esta etapa se debe considerar una combinación de medidas preventivas, detectivas y correctivas, que permitan eliminar o minimizar la amenaza y sus efectos. Tener papeles a la mano, asegurar la integridad de todos los involucrados, no arriesgarse y mantener la calma.
Mantenimiento del plan.
Ya que se ha controlado la contingencia, los aspectos críticos y se ha vuelto a la operación, hay que monitorear que funcione a un nivel aceptable para que todo marche de forma favorable y retroalimentar el plan.
Definitivamente el mundo no será el mismo, si bien ya se veía venir que la tecnología ante estos hechos lamentables juega un papel vital, la pandemia del COVID-19 nos ha dado “el empujón” a utilizarla y hacerla parte de nuestras vidas. Aquí aplica que los planes de continuidad son como los seguros, más vale tenerlos y no necesitarlos, que necesitarlos y no tenerlos. No se requieren planes muy sofisticados ni grandes inversiones, se requiere hacer un alto en el camino para poner en blanco y negro que hacer en estas situaciones de desastre.
Por: Mtra. Rosalinda Pizarro Santos, Directora General, Espacio Empresarial México.