Las empresas y la estrategia de la propiedad intelectual
Una de las formas en la cual las empresas pueden beneficiarse es a través del desarrollo de inventos que coadyuven a potenciar sus estrategias de negocios, para llegar a un mayor número de posibles clientes, al mismo tiempo deben registrar sus innovaciones tecnológicas en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Dar respaldo a las innovaciones técnicas y tecnológicas a través del IMPI ofrece a las empresas certidumbre jurídica, en el momento de invertir su capital en productos del intelecto, que les podrían generar ganancias por el sólo uso de su marca.
En el evento titulado Inventos y negocios, organizado por la firma de abogados Santamarina y Steta, impartida por José Rodrigo Roque director general del IMPI, acompañado del socio del despacho del área de Propiedad Intelectual, José Pablo Pérez Zea, explicaron que la protección a la propiedad intelectual es clave para el éxito de las empresas.
Las compañías deben considerar la innovación como ese factor que los diferenciará de otras marcas, ofrecer lo distinto es brindarle a sus productos o servicios un valor agregado que los clientes buscan en la actualidad, la tecnología hará diferente a las empresas, dado que estamos en la era del conocimiento y en un mundo globalizado.
“No sólo aplica a las grandes empresas, a las exportadoras, hoy en día quienes hacen la diferencia, las que generan los impuestos, los empleos, el valor agregado son las pequeñas y medianas empresas, son las generadoras de la riqueza”, afirmó el Director General del IMPI.
Oportunidades de negocio
José Rodrigo Roque dijo que la tecnología existe y está disponible, lo que habría que hacer es acercarla a las empresas, hay poca vinculación del investigador nacional con el empresario mexicano; la pregunta es ¿cómo acercarla?
Desde el punto de vista económico hay una oferta que se constituye por conocimientos de una ciencia básica, una aplicada, innovación de desarrollo tecnológico y existe un mercado que la necesita. Tenemos que conectar al científico con el empresario, y esto se logra a través de la comercialización.
Por Sergio Sánchez Sánchez