Desde que los prefabricados de concreto se inventaron han sido protagónicos en las obras de infraestructura vial, tanto urbana, como carretera. Podemos atrevernos a decir que fueron inventados bajo la necesidad de construir en las mejores condiciones, con gran rapidez, y esperando gran durabilidad y apariencia.
Esta situación, ocurrida en la reconstrucción de la Europa de la postguerra, sigue vigente en nuestro país. Los grandes proyectos de infraestructura que se construyeron en los últimos 15 o 20 años han sido protagonizados por los prefabricados, y no solo eso, sino que además les han imprimido un carácter y una personalidad especial
Infraestructura vial urbana
Nos remitimos a la experiencia en la Ciudad de México, donde encontramos múltiples formas de construir grandes obras de infraestructura que la caracteriza. Podemos citar los proyectos hechos en los años 70´s en el Circuito Interior de la Ciudad de México, donde hay incontables puentes y distribuidores viales de concreto presforzado colado in-situ y que, sin duda, son proyectos que marcaron el principio de una época moderna.
En este se destaca el uso del concreto, llevándolo a través del presfuerzo y aprovechando las características de este material que es moldeable. Así, se obtuvieron formas y diseños atractivos que no se habían conseguido antes en este material de construcción.
Sin embargo, los tiempos modernos en que el tráfico y la población aumentaron hicieron inviable continuar utilizando el mismo sistema constructivo que se utilizó en dicho Circuito Interior; ya que los tiempos de construcción debían abatirse, así como disminuir al mínimo las interferencias con la vida de la ciudad y conservar un nivel de costos aceptable.
Es aquí cuando los prefabricados de concreto aparecen para ser aplicados en todo tipo de obras viales urbanas de gran escala. Esto sucedió en los años 80’s, cuando por primera vez se hizo una estructura elevada de más de 2 kilómetros de longitud que, actualmente, alberga una línea del sistema de transporte colectivo Metro el cual, además, se ubica en la zona de más alta sismicidad de la ciudad y probablemente de la región.
Por: Gabriel Santana Echeagaray
Ingeniero Civil