“Aumentar la productividad requiere repensar cuidadosamente cómo y cuándo se estimula al recurso humano.”
Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “México ha emprendido reformas estructurales que ayudarán a poner fin a tres décadas de lento crecimiento y baja productividad”; de ahí que exista una gran expectativa sobre los efectos positivos que deberían producirse en temas estratégicos como el energético, laboral, judicial y de telecomunicaciones. El objetivo es que la productividad suba un 1.82%. Recordemos que en promedio, anualmente de 2000 a 2014, la productividad se redujo en México en 1.4%, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Asimismo, entre 1990 y 2012 la productividad de los servicios profesionales, la minería, servicios de esparcimiento, comercio, servicios de apoyo a los negocios y las actividades gubernamentales cayeron más de 20%, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, el IMCO y el INEGI. En lo que se refiere específicamente al comercio, la productividad sufrió una contracción de más de 22%, en servicios de apoyo a negocios 25%, en esparcimiento 31.5% y minería 36%. Manuel Sánchez, subgobernador del Banco de México (Banxico), admitió públicamente que el problema del bajo crecimiento económico del país no son el empleo ni la inversión, sino la baja productividad que permanece en la nación desde hace tres décadas y media. “Desde 1980, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en México es de 0.9% anual, donde el empleo y la inversión han contribuido con 1.1 y 0.6%, respectivamente, lo que demuestra que la mano de obra ha tenido una mayor contribución sobre el crecimiento y la actividad económica”, explicó.
Por: Lic. Pedro Borda Hartmann Si desea conocer el texto completo busque nuestra edición de Agosto en todos los Sanborns del país.