El mundo es cada vez es más tecnológico y las empresas han acelerado este proceso a raíz de la pandemia de Covid-19, entonces todos se preguntan si las organizaciones pueden permanecer humanas en un mundo impulsado por la tecnología. La respuesta es sí, siempre y cuando la compañía sea capaz de combinar adecuadamente el capital humano con la tecnología.
Deloitte, en su estudio Tendencias de Capital Humano 2020, Edición México, indica que lo primero que debe hacer la empresa es romper con la paradoja que existe entre tecnología y personas, pues lo que ofrece la tecnología no siempre está alineado con lo que requiere el ser humano.
Además, como personas necesitamos tener un grado de seguridad, de certeza laboral y saber que lo que hacemos va a seguir siendo relevante, sentir que tenemos el control mientras que la tecnología nos está llevando a reinventarnos constantemente. De acuerdo con Orlando Mejía, socio Human Capital de Deloitte Consulting Group México, existen estudios que indican que la vida de una habilidad técnica es de cuatro años, es decir, hay la necesidad de una capacitación constante para mantenernos relevantes en el mercado.
Lograr que la tecnología y las personas trabajen como una sola requiere que las organizaciones evolucionen su ADN, y esto es posible a través de tres atributos: propósito, potencial y perspectiva.
Las organizaciones que van a forjar el futuro no son las que tienen el propósito pintado en una pared, sino aquellas que lo tienen integrado en la forma en que toman decisiones en el día a día, que no solamente miden el potencial de sus colaboradores sino que se rediseñan alrededor del potencial que las personas pueden imaginar y gestionar en un mundo habilitado por las máquinas, precisó Mejía.
Por: María Vallejo
Reportero