La crisis por el Covid-19 ha incrementado el desgaste profesional, o síndrome de burnout (que podría traducirse como estar quemado laboralmente). El burnout es un síndrome derivado del estrés crónico en el lugar de trabajo, desgaste profesional o agotamiento ocupacional y se detecta por estrés, cansancio físico y mental crónico, actitud fría y despersonalizada, deshumanización, cinismo y sentimientos de inadecuación a las tareas a desarrollar. Los síntomas se identifican en tres terrenos:
• El primero en físico con alteraciones cardiovasculares como hipertensión o enfermedad coronaria, fatiga crónica, alteraciones gastrointestinales como úlcera duodenal o colon irritable, asma, insomnio, entre otras.
• El segundo son las alteraciones conductuales que se pueden exteriorizar a través de desórdenes alimenticios, abuso de drogas, fármacos y alcohol, conducción temeraria y tabaquismo.
• Y en tercer plano las alteraciones emocionales se exhiben con irritabilidad, ansiedad, depresión, baja autoestima, desmotivación, dificultades de concentración, distanciamiento emocional y frustración.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), nuestra nación es una de los que más fatiga por estrés laboral padecía antes del coronavirus. Al menos 75% de las personas trabajadoras lo sufría, superando a quienes laboran en China (73%) o Estados Unidos (59%).
Por: María Vallejo
Reportera