La palabra en inglés “bug” significa “insecto” y es cada vez más conocida entre los usuarios de programas de computadora o aplicaciones móviles, ya que puede existir un riesgo con sus datos o dispositivos. Estos insectos informáticos son errores o fallas de un programa o sistema que trabaja de una forma para la que no está diseñada originalmente.
Existen diferentes tipos de bugs que pueden provocar diversas fallas, algunas con menores riesgos que otras, los menores son incómodos pero no dañan la información de los programas, otros pueden provocar que un programa se bloquee o deje de responder a los comandos deseados y los de mayor riesgo generan brechas de seguridad, esta vulnerabilidad puede ser aprovechada por los ciberdelincuentes para acceder y robar información o provocar fallas.
Para evitar este tipo de errores, programadores e instituciones trabajan constantemente en el desarrollo de programas y algoritmos que ayuden a detectar estos insectos. Los desarrolladores realizan un control de calidad exhaustivo mediante nuevas versiones de sus programas, con el objetivo de detectar su presencia.
Por: Maria Vallejo Vera
Reportera