El talento humano es un fenómeno vivo, se requiere de gran velocidad en la toma de decisiones para lograr metas específicas.
Las empresas enfrentan retos diversos en todas las dimensiones que las componen. Los desafíos se presentan en la manufactura, la cadena de suministro, la comercialización, el servicio y todos los componentes que agregan valor de mercado. ¿Cuál es el papel fundamental que desempeña Recursos Humanos en este contexto?
Bajo el escenario de alta complejidad y turbulencia económica, RH debe ejercer un rol protagónico como consultor organizacional. Esto significa que, además de la operación que implica la administración de los asuntos relacionados con el personal (contrataciones, nómina, compensaciones), es indispensable que se convierta en asesor de las decisiones estratégicas de la alta dirección.
En Amedirh, hemos observado la transformación que RH ha tenido en los años recientes. Un ámbito donde se reconoce con facilidad es el de las grandes empresas, pues en ellas suelen existir políticas, procesos y protocolos para asegurar que la gestión del talento se convierta en un valor agregado cuantificable en el balance general de la organización.
Este movimiento se percibe cada vez con más frecuencia en las empresas medianas. En el caso de las pequeñas y microempresas, se busca estimular la adopción de mejores prácticas, a fin de que el empresario tenga la oportunidad de aplicar medidas oportunas y efectivas de manera sencilla con su equipo de trabajo.
Asimismo, RH desempeña otra función de consultoría clave, al participar en la evaluación y mejora continua de las estrategias orientadas al fortalecimiento del ADN organizacional. Esto se refleja en el clima organizacional y en la adopción e internalización de la cultura de la empresa, con repercusiones positivas en el engagement, la productividad y la rentabilidad.
El rol de consultor organizacional
Una de las ventajas competitivas que ofrecen los esquemas de consultoría es su agilidad. De ahí que se suele acudir a ellos porque brindan los elementos necesarios para el diagnóstico y solución de problemáticas en los diferentes ámbitos de las empresas.
En el caso de RH, se espera que esta agilidad sea uno de los primeros atributos de la función y de los ejecutivos que se encuentran a su cargo. Tomando en consideración que el talento humano es un fenómeno vivo, se requiere de gran velocidad para efectuar el proceso de análisis y toma de decisiones para la resolución del conflicto y el logro de metas específicas.
Como consultor interno, RH debe atender con inteligencia los requerimientos de las diferentes áreas. Ya no se trata de gestionar, sino de crear soluciones con enfoques de innovación y mejora continua.
Por ejemplo, si se requiere un incremento de las ventas del 25% durante el año fiscal, esto supone que Recursos Humanos construya el caso de negocio, y proponga la estrategia para dinamizar el talento que hará posible el logro del objetivo que se ha planteado la organización.
Algunas de las competencias clave con las que RH debe contar en este nivel de alcance de la consultoría organizacional son:
• Pensamiento divergente: Capacidad para analizar las problemáticas y retos de la organización en función de sus elementos constitutivos, a fin de identificar las causas raíz que las detonan.
• Pensamiento convergente: Habilidad intelectual para crear soluciones a partir de elementos como la información, estudios de caso, tendencias y mejores prácticas relacionadas.
• Pensamiento innovador: Conjunto de destrezas que facilitan al ejecutivo o consultor de RH, la posibilidad de crear soluciones a partir de elementos como los ya señalados, aun cuando no tengan ninguna relación temática con el sector económico al que pertenece la empresa.
• Elaboración de diagnósticos: Capacidad para reconocer, estudiar y evaluar los diferentes indicios relacionados con las problemáticas organizacionales. A medida que se profundiza en ellos, el ejecutivo de RH está en condiciones de mejorar sus habilidades para la detección oportuna de situaciones que desvían el éxito potencial de la empresa.
• Diseño de intervenciones: Habilidad para crear las soluciones necesarias de acuerdo con los resultados del diagnóstico. Adicionalmente, implica las fortalezas para establecer la logística necesaria para la ejecución de la intervención. Asimismo, el conocimiento y la experiencia que asegurarán los resultados a través del seguimiento, la supervisión y el enfoque en el logro.
• Medición y evaluación: Destreza para construir los indicadores y cuadros de control que permitirán asegurar la obtención de los resultados propuestos en la intervención, así como la solución efectiva a las problemáticas diagnosticadas. En un sentido más amplio, la evaluación se comprenderá como el proceso que facilita la prospección y proyección de acciones que permitirán la mejora continua en la organización.
Por: Lic. Pedro Borda Hartmann
Director General de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos, AMEDIRH.