Indiscutiblemente la mayoría de las empresas estamos viviendo tiempos inciertos, llenos de nuevos desafíos, retos por afrontar, y debemos ser capaces de enfrentarnos a este mundo cambiante si deseamos permanecer en el mercado.
“Renovarse o Morir”, atribuido a Miguel de Unamuno, será el lema que asumiremos en los siguientes días, “reinventándonos en tiempos de crisis”.
Si bien es cierto que los modelos de negocio deben evolucionar, transformarse, actualizarse de acuerdo con las necesidades y condiciones del mercado, es probable que estos cambios los hiciéramos de manera paulatina; ahora bien; esta contingencia nos enseña que los cambios deben ser inminentes y que no pueden esperar.
La teoría dicta que para lograr un modelo de negocio sostenible, se debe hacer una revisión del nuestro al menos una vez al año, efectuando los ajustes y/o adecuaciones que demande el entorno, no obstante, bajo las circunstancias actuales se debe hacer este cambio de manera inmediata.
Propuesta de valor
Tiempos de crisis son tiempos de oportunidad, por ello hay que enfocarse en lo que es crucialmente importante. Antes de comenzar el ejercicio de reflexión sobre la propuesta de valor de nuestro negocio, sugiero definir cuáles serán las metas que perseguimos para nuestra organización.
• Nuestro mayor esfuerzo debe estar orientado en establecer metas que marquen la diferencia. Recomiendo máximo dos metas para que podamos realizar de una manera diligente nuestro plan de acción, y que estas sean específicas, medibles, alcanzables, realistas y definan tiempo para su alcance.
• En el proceso de reinventarse, es muy importante no perder el enfoque, por eso nuestra energía debe centrarse en alcanzar estas metas, y para lograrlo es indispensable que estén bien definidas, acotadas y que no excedamos el número de ellas, ni las expectativas.
• Una vez que hayamos definido el rumbo que tomará nuestra empresa, concentrémonos en nuestra propuesta de valor actual, misma que debe ir orientada a resolver una problemática o necesidad que el mercado demande, una propuesta que no sea la misma que la de tu competencia. Entonces, en este proceso de reinventarnos, cuestionémonos, ¿Cuál es el beneficio actual que se entrega al cliente?, ¿Estoy ofreciendo una verdadera solución o satisfaciendo una demanda real?, y muy importante, mi propuesta de valor está alineada a las metas que propuse.
• Podemos notar como en unas pocas semanas las necesidades han cambiado, como algunas industrias emergentes están siendo las más solicitadas o como otros negocios ya no parecen ser tan necesarios como solían ser. Recuerda incluir en el análisis de tu nueva propuesta de valor la identificación de nuevos productos y/o servicios con potencial de crecimiento.
• Este ejercicio de reflexión debe ser cautelosamente pensado y analizado, y que mejor que tu equipo de trabajo te apoye en este análisis, puede ser que alguno de ellos vea otras posibilidades y oportunidades, y que el estrés por el cual estamos pasando no nos deja visualizar.
Por: M.C. Paola Patricia Castrezana González
Directora General de BTKZNA Integral Consulting