En un contexto en que la situación económica de México y de sus habitantes atraviesa por momentos complejos por los estragos que ha dejado la pandemia, ha surgido un buen número de fintechs con el objetivo de adaptarse a la nueva realidad.
El comercio electrónico y las empresas de innovación tecnológica han tenido un aumento significativo en los últimos años, agudizándose aún más por el confinamiento de la humanidad por causa del Covid-19.
La intención de estas empresas es facilitar el acceso a bienes, consumo y transacciones con el menor contacto posible entre persona y persona, para evitar contagios y para acelerar los procesos de manera importante.
El caso de las remesas no es ajeno a esta evolución, pues la complicada situación económica en México, motivó a que los paisanos en Estados Unidos enviarán más dinero a sus familiares, aunado a la relativa y rápida recuperación de la economía de EU, país de origen de cerca del 95% de las remesas que llega a México.
En medio de estas circunstancias, hasta hace unos meses, los familiares de paisanos en el país vecino, tenían como única opción para recibir remesas en México, la manera tradicional; es decir, debían trasladarse a alguna tienda o banco, siempre y cuando fuera en los horarios establecidos a disponer de los recursos.
En ocasiones, los beneficiarios tardaban horas en llegar a alguna localidad en la que hubiera ese comercio o institución, para poder obtener el dinero y hacer uso de él.
Remesas con nueva normalidad
Este panorama fue analizado por desarrolladores mexicanos, quienes, utilizando la tecnología y la creatividad, pusieron en marcha una nueva modalidad de cobro de remesas que está revolucionando el sistema de transferencias entre EUA y México, especialmente en el cobro por parte del beneficiario.
Es a través de una aplicación con la que los usuarios en México tienen el control total de su dinero y tiempo, sin tener que depender de intermediarios con puntos de pago físicos, horarios limitados y además requieren que el beneficiario se traslade con costos altos de tiempo y dinero.
Una vez recibida la remesa, el beneficiario puede hacer uso de su saldo para recargar su teléfono celular de cualquier operador o pagar servicios como agua, luz o teléfono, entre muchos otros con los que se pueden hacer pagos digitales.
No solo eso, al beneficiario se le proporciona una tarjeta de débito, completamente gratuita, con la que puede disponer del efectivo en cualquier cajero automático a los pocos segundos de recibir el dinero procedente del país del norte. Esta tarjeta no cobra cuota anual ni saldo mínimo mensual.
La gran diferencia entre este novedoso servicio y los métodos tradicionales, es que el remitente no necesita enviar …
Por: Ulises Téllez, CEO
de PagaPhone.