
Las empresas enfrentan un entorno de riesgos cibernéticos que crece exponencialmente. Tan sólo en México la situación es alarmante, ya que es uno de los países más afectados por la ciberdelincuencia en América Latina.
En 2023, en el país se registraron 94 mil millones de intentos de ciberataques, según datos de la firma Fortinet. Lo cierto es que los ataques a la seguridad informática no solo impactan a grandes corporativos, sino también a pequeñas y medianas empresas (Pymes), quienes, de hecho, son especialmente vulnerables de bido a la falta de recursos y medidas de protección robustas.
Las Pymes representan el 52% del PIB de México y generan el 72% del empleo formal, según cifras del INEGI. Sin embargo, su relevancia económica también las convierte en objetivos prioritarios para los ciberdelincuentes. Estas, además de carecer de infraestructura de seguridad avanzada por no invertir lo suficiente en ciberseguridad ante las limitaciones presupuestales, pueden percibir una falsa sensación de inmunidad al considerar que solo las grandes empresas son atacadas.
Sin embargo, un ciberataque puede generar graves consecuencias para una Pyme, como la pérdida de información confidencial, daño reputacional, interrupción de operaciones e incluso la quiebra. Se calcula que un negocio puede tardar hasta 210 días en recuperarse y tener con trol absoluto de su organización luego de un ciberataque.
Si bien ninguna empresa está exenta de un ataque cibernético, sí se pueden tomar acciones de prevención como capacitación constante a los colaboradores para imple mentar medidas de seguridad, respaldo de información, cifrado de datos, entre otros. Asimismo, es indispensable contar con planes de emergencia, entre los que se incluye el seguro, instrumento financiero que, en caso de ataque, les permitirá enfrentar las con secuencias que conlleve.

Por: Eduardo Gutiérrez
Socio de Eikos