
Se conoce como Pymes a las pequeñas y medianas empresas que permanecen dentro de un rango específico de puestos de trabajo y capital, de entre 1 y 205 empleados. Este tipo de empresas se relacionan con el mercado y el comercio ya que no realizan inversiones de la demanda del tipo industrial. Podemos encontrarnos con tres tipos de Pymes, las microempresas que cuentan con máximo 10 trabajadores, las empresas pequeñas con alrededor de 10 a 50 y las empresas medianas que van de los 50 hasta los 250 trabajadores.
Se caracterizan por ser diversas e independientes, estas no suelen interactuar en mercados internacionales, sin embargo, cumplen un papel fundamental en la economía local manteniendo costos de inversión bajos. Por lo general pertenecen a una sola persona y su producción suele ser artesanal. Dentro de la economía local este tipo de empresas contribuyen a generar empleos y aumentar la producción local lo cual también genera competencia en el mercado. Todo esto permite impulsar el desarrollo económico y da paso a la distribución del capital.
Una de las principales ventajas es su versatilidad ya que tienen la facilidad de aprovechar las oportunidades de negocio gracias a su capacidad de flexibilidad. Estas empresas pueden adaptarse a los cambios y ajustarse rápidamente sin grandes procesos de burocracia. Otro punto a su favor es la manera en la establece relación con sus clientes, suelen tener cercanía con ellos, conocer sus necesidades y brindar una atención más personalizada.
Si bien son muchas sus ventajas también se deben de tomar en cuenta sus limitaciones, como su capacidad competitiva y de expansión que serán menores que las de las grandes empresas. En la mayoría de los casos no se contará con trabajo en cadena ni con la inversión suficiente para mejorar el equipo de trabajo.