De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), contar con 30% de mujeres en posiciones de liderazgo puede llevar a un incremento de hasta 15% en la rentabilidad de las empresas.
Para diciembre de 2022, había 24.4 millones de mujeres económicamente activas en México, lo que representa el 46% de la población, comparada con los 35.7 millones de hombres en la misma situación.
El porcentaje es bajo si se considera que el 51% de la población del país son mujeres. Ante este panorama, es fundamental que tanto empresas como trabajadores actúen de la mano para eliminar cualquier tipo de desigualdad.
Aspectos tales como brecha salarial, menor participación de mujeres en puestos de liderazgo, escasez de políticas para la conciliación o doble jornada entre el trabajo remunerado y doméstico, en ocasiones obligan a las mujeres a buscar contratos de medio tiempo, por honorarios o que se empleen en la informalidad.
Esto significa, entre otras cosas, renunciar a prestaciones de ley, crecimiento y desarrollo profesional, lo que además afectará su poder adquisitivo e independencia económica en el mediano y largo plazo.
Otro aspecto que aún en determinados sectores empresariales se arrastra, son los criterios aplicados exclusivamente a mujeres durante los procesos de selección que suponen discriminación, no evalúan el talento ni capacidades y dejan a las personas en una posición de desventaja.
Por ejemplo, hacer preguntas relacionadas con el estado civil, la edad, si planean o están embarazadas e incluso si tienen hijos. Estos son temas que no aportan ningún valor a la evaluación de las capacidades del profesional para el desempeño de un puesto de trabajo y que tanto empresas como profesionales deben eliminar al 100% de sus procesos.
“Es importante que las empresas desarrollen y defiendan prácticas y políticas responsables, que eliminen cualquier tipo de discriminación y garanticen un ambiente profesional respetuoso para todos en las diferentes etapas de la vida profesional. Es también relevante que los profesionales, tanto mujeres como hombres, alcen la voz y denuncien prácticas discriminatorias dentro de las empresas o en los procesos de selección. En la empresa, nos preocupamos por garantizar esa igualdad y crear las mismas oportunidades, potenciando el talento y buscando proactivamente la equidad de género y las prácticas no discriminatorias, velando por ser una empresa diversa e inclusiva”, comentó Gabriela Gamez Cereceda, Directora de Recursos Humanos en Bupa México.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), contar con 30% de mujeres en posiciones de liderazgo puede llevar a un incremento de hasta 15% en la rentabilidad de las empresas. Este es un claro ejemplo de la importancia de promover políticas no discriminatorias y potenciar que el talento independientemente del género llegue a posiciones de liderazgo.