En la actualidad, una de las partes importantes en el éxito de una PyME es su personal, factor esencial en la realización de las actividades empresariales y prestación de servicios, por consiguiente, su tratamiento financiero, legal y fiscal es de vital relevancia.
Como empresario, una de las principales preocupaciones que tenemos entre otras tantas, es la administración de nuestro personal, y lo relativo a:
• El pago de su salario.
• Prestaciones laborales.
• Aportaciones de seguridad social.
• Previsión social.
• Maximización del recurso financiero con el que se cuenta para el cumplimento de las anteriores.
Pareciera ser que no hay ingreso que alcance, y por ello buscamos atrevidas estrategias que en muchas ocasiones dan un alivio financiero, a costa de una incertidumbre jurídica.
Al respecto, uno de los grandes tópicos y estrategias adoptadas en cuanto al personal es el denominado “Outsourcing” o mejor dicho la “Subcontratación de personal”, figura que por sí, es un instrumento permitido y regulado por la Ley Federal del Trabajo entre otras, al cual se le dan diversos efectos positivos como son:
Reducción y eficacia de costos en contratación de personal.
Reducción en costos y tiempos en la administración de nóminas.
Utilizado en áreas especializadas de acuerdo a las necesidades de la empresa.
Disminución de riesgos en responsabilidad laboral y en seguridad social.
Reduce la base del ISR al ser una deducción necesaria para la empresa.
Así como también diversos efectos negativos como: 1.-Determinadas áreas dejan de ser conocidas por la empresa al subcontratarlas. 2.-Información relevante de su competitividad está al alcance de terceros. 3.-Puede ser obligado solidario con el subcontratista en el cumplimiento de sus obligaciones. 4.-El desconocimiento de la legislación aplicable, puede llevarlo a cometer infracciones e incluso delitos fiscales.
Por: M. en D. Emiliano Zapata Silva
Socio Fundador de Corporativo Rangel Zapata y Asociados S.C