Por décadas, la forma de medir el desarrollo de los trabajadores y su productividad se basaba en el tiempo que dedicaban en la oficina, con horarios clásicos de 9:00 a 18:00 horas con una hora o dos para comer; sin embargo, con la llegada de la pandemia y el avance tecnológico y de la cultura laboral que se ha dado en los últimos años, este paradigma ha cambiado.
Si bien las empresas ya habían hablado de este tema, fue la pandemia lo que detonó el cambio de mentalidad, al ser obligados a trasladar el trabajo a casa donde las normas laborales no podían ser las mismas, sino que debían resaltarse temas como flexibilidad, equilibrio vida-trabajo y la forma en que se mide la productividad de los empleados.
La dinámica laboral presencial basada en una medición por horas ya no es la forma más eficiente para cuantificar la productividad o compromiso de los trabajadores, esa métrica puede funcionar como un punto de partida, pero no como un índice global para los esquemas de trabajo a distancia e híbridos.
Ahora la dinámica del teletrabajo implica mudar la actividad del colaborador a estrategias de trabajo por objetivos, esto es que sus actividades estén orientadas a realizar acciones concretas planeadas previamente para que las ejecute en el lapso de tiempo estipulado, ya sea horario de entrega o a lo largo de la jornada laboral.
Por: María Vallejo
Reportera