En gran medida, el éxito de lograr una recuperación sustentable dependerá de la capacidad de asociar al sector privado, público y sociedad civil.
La aparición del virus SARS-CoV-2, la enfermedad Covid-19 y su propagación a nivel de pandemia, está teniendo impactos en la salud, economía y gobernabilidad nacional, estatal y local; así como en el ingreso familiar. No solo estamos frente a un shock en la oferta agregada por parte de las cadenas de suministro globales, sino también frente a un golpe en la demanda agregada de bienes y servicios por la pérdida de empleos y de ingresos de las familias.
La característica más crítica del virus SARS-CoV-2 es que puede estar esparciéndose por semanas durante su periodo de incubación y sin presentar síntomas del mismo. Dada la dinámica del contagio, los gobiernos han puesto en cuarentena a sus economías, generando un impacto en la demanda agregada por bienes y servicios; el cual, a su vez, está reforzando una mayor contracción en la producción agregada, al mismo tiempo que se erosionan las expectativas de productores y consumidores.
De la misma manera, la rápida propagación del Covid-19 ha hecho evidente que, en todo el mundo en mayor o menor medida, existe una falta de capacidad de respuesta de los sistemas de salud públicos. Es muy probable que la interrupción económica, aunque temporal, dure más de lo que muchos gobiernos y analistas esperan, y los impactos se extenderán mucho más allá de la salud pública. Esta situación no tiene precedentes desde la Segunda Guerra Mundial en todo el mundo.
Recuperación sustentable
A medida que se desarrolla la crisis, los gobiernos no podrán hacer frente a las repercusiones por sí solos. Las organizaciones privadas necesitan dar un paso adelante para tomar acciones proactivas y alinear su estrategia corporativa a los retos de una recuperación sustentable, replantear su estrategia y modelo de negocio para reactivar la economía. Es decir, deben poner sus activos y sus cadenas de valor a trabajar al servicio de la sociedad, por el bien de la sociedad y de los suyos propios.
Esto último implica que tiene que haber una transformación en el concepto de sustentabilidad en las empresas. Muchas organizaciones cuentan con iniciativas de responsabilidad social o filantrópicas. Sin embargo, si se analizan estás iniciativas o acciones “responsablemente sociales”, observamos que muchos de estos proyectos, aunque tienen una intención social, no están dentro de una estrategia sustentable alineada a los objetivos de negocio y consecuentemente sus resultados no tienen un impacto transformacional de largo plazo en la sociedad y en el negocio. Una visión de negocio sustentable va más allá de la responsabilidad social y de la filantropía.
Frente a la emergencia sanitaria y económica, las organizaciones tienen la oportunidad de lograr una recuperación en la salud, las oportunidades económicas, un mayor bienestar social y la protección del medio ambiente con una visión sistémica a lo largo del tiempo. Ahora es el momento para que los esfuerzos del sector público, privado y sociedad civil se unan en una estrategia sustentable para la recuperación. Para lograr esto último, se requiere del interés y liderazgo de cada una de las partes para transformar los ecosistemas donde operan.
Por: Lic. Juan José Vilchis Guzmán
MBA Socio Director. DNA Strategy Consulting, S.C.