
En las últimas décadas, Mérida, Yucatán, ha experimentado un crecimiento poblacional sin precedentes. Conocida por su rica historia, su vibrante cultura y calidad de vida, la ciudad ha atraído a residentes de todo México y el extranjero, lo que ha llevado a una expansión urbana acelerada. Frente a este rápido incremento, surge una pregunta crucial: ¿Cómo podemos asegurar que éste se dé de forma sostenible y ordenada? La respuesta, cada vez más evidente, se encuentra en los desarrollos residenciales verticales.
El desafío de la expansión urbana
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, se espera que la población mundial viviendo en las ciudades se duplique para 2050, alcanzando los 6 mil 400 millones de personas. Este aumento exponencial representa un desafío significativo para las ciudades, pues acrecentará la presión sobre los recursos naturales, medio ambiente, movilidad y acceso a servicios esenciales como energía y agua. Mérida no es ajena a este fenómeno.
La ciudad se enfrenta a la necesidad de equilibrar su crecimiento con la preservación de los recursos naturales y la calidad de vida. Aquí es donde los residenciales verticales pueden convertirse en una solución eficiente y sostenible. La evolución del mercado de este tipo de desarrollos es una clara señal de que las zonas urbanas del país están adoptando este modelo como una respuesta al desafío de su expansión.
Según el “Gran Reporte de Verticalización 2024”, elaborado por 4S Real Estate, las ventas en este segmento a nivel nacional aumentaron un 7.5% entre 2022 y 2023. En Mérida, este aumento fue aún más significativo, alcanzando un 17.6%.
Verticalización con un enfoque sostenible
Los desarrollos verticales, como su nombre lo indica, consisten en la construcción de edificios de varios niveles destinados a uso habitacional. En lugar de expandirse horizontalmente, ocupando grandes extensiones de terreno, estos conjuntos optimizan el espacio disponible al construir hacia arriba.
Este enfoque ofrece múltiples ventajas. Uno de los principales beneficios que promueven es la preservación de áreas verdes. Al reducir la cantidad de terreno necesario para nuevas construcciones, permiten mantener intactos espacios naturales que, de otra manera, podrían haber sido convertidos en áreas residenciales. Esto es crucial en un mundo donde el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son problemas apremiantes.

Por: Eitan Feinholz
Director de proyectos de Proarquitectura