Las disparidades regionales se pueden atribuir a la conjugación de factores geográficos,históricos y a la economía política, quienes han incidido en el desarrollo de nuestro país.
Hemos escuchado decir un millón de veces y no por eso deja de ser muy cierto “México es un país de contrastes”. Basta repasar sus regiones, ecosistemas, orografía; pero también es diverso en lo étnico, cultural y marcadamente, en la distribución de la riqueza.
De acuerdo con un estudio del Colegio de México, las disparidades regionales se pueden atribuir a la conjugación de una serie de factores: geográficos, históricos y principalmente a la economía política. Si ahondamos en cada uno de estos puntos, bien podríamos identificar cómo los caminos y las carreteras han incidido en el desarrollo de nuestro país.
La capacidad de transformación que tienen las vías de comunicación en una economía es impactante. De ahí que el ferrocarril, en su momento, haya permitido la colonización del excelso territorio de Estados Unidos; en México las autopistas y las carreteras han transformado la conectividad y nos ha permitido participar en uno de los mercados más activos del mundo, Norteamérica.
Sin embargo, no hemos podido terminar de comunicar las comunidades más alejadas y, por ende, pobres de México. De esa motivación surge el programa de pavimentación de caminos a cabeceras municipales, ideado e impulsado por la actual administración.
Solo en el estado de Oaxaca existen más de 130 proyectos de pavimentación de caminos a cabeceras municipales, uno de los programas que más entusiasman al presidente de los Estados Unidos Mexicanos y a su administración. Y es que hay razones suficientes para hacerlo, pues se trata de un proyecto aterrizado a las comunidades de la manera más noble.
Por: Juan José Orozco,
Director General de ORVA Ingeniería.