
Vivimos en un mundo casi inalámbrico. Día a día, mayor cantidad de dispositivos intercambian más datos y lugares, y esta demanda sigue imparable. Los analistas de Zion Market Research, por ejemplo, esperan que el mercado de conectividad inalámbrica alcance los 219.86 mil millones de dóla[1]res para 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta de más del 15%.
Este aumento no solo es impulsado por la proliferación de dispositivos, sino también por una nueva clase de aplicaciones ultra exigentes como la Realidad Aumentada/Realidad Virtual (AR/VR) de múltiples usuarios, los juegos inmersivos y el Internet Industrial y de las Cosas (IoT).
Estas “tendencias” imponen un nuevo nivel de requisitos de rendimiento que superan con creces las capacidades de las tecnologías Wi-Fi actuales. Apoyar estas aplicaciones a medida que se vuelven convencionales requiere un replanteamiento radical de la tecnología de redes inalámbricas, que permita a los dispositivos electrónicos conectarse entre sí a la red de manera fluida, adaptable y eficiente.
El resultado de este replanteamiento para este entorno hiperconectado que hoy nos demandan los múltiples dispositivos conectados a las redes inalámbricas, es el estándar de comunicación inalámbrica Wi-Fi 7.
¿Qué es lo que lo hace tan especial y por qué deberíamos interesarnos en este concepto?
Actualmente, la mayoría de las redes Wi-Fi operan con la versión Wi-Fi 6E o menores; sin embargo, la transición a Wi-Fi 7 permitirá:
• Mayor velocidad de transferencia de datos (4X más rápida que el estándar 6).
• Un aumento significativo en el número de conexiones simultáneas de la red.
• Latencia ultra baja.
• Menor vulnerabilidad a las interferencias.
• Menores costos.

Por: Zelman Hernández
Director de Ingeniería de Producto en Skyworks Solutions Inc.