Evadiendo la Trampa del Efectivo: ¿Por qué el Efectivo no es Incentivo?

Las 10 principales razones porque el efectivo no es un incentivo eficiente

 

1.- El efectivo se convierte en compensación.

La gran ventaja de escoger un incentivo monetario es que no hace falta un método de distribución adicional. Su compañía ya sabe cómo darle dinero a sus empleados, lo hacen todas las semanas. Si además ya hacen depósitos electrónicos a los empleados, ya no se requiere siquiera generar cheques o procesos de manejo de efectivo; sólo hace falta esperar al siguiente período de pago y listo. Pero eso es justo el problema. Los empleados ven los incentivos en efectivo como parte de su compensación regular. Como esos pesos sólo terminan siendo parte de lo que un empleado lleva a casa, no hay nada de especial en ellos. “El dinero” tiende a ser gastado en el pago de cuentas, y no se hace nada realmente memorable con él, así que no hay un efecto duradero en los pesos que está usted poniendo en esos esquemas de incentivos. Apenas se convierte en una parte de esa pila de dinero que encuentra la manera de ser gastada cada día, cada mes y cada año.

 
2.- Difícil de quitar

Más allá de la pobre capacidad que tiene el efectivo en lograr cambios en los comportamientos, realmente puede ser dañino. En épocas económicas buenas, donde uno está bien de dinero y las metas se están alcanzando.

 

Por: Alberto Álvarez Morphy Labarte

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