La conservación de Infraestructura Hidráulica: una tarea pendiente en México

El diseño de políticas, estrategias y acciones orientadas a la conservación de la infraestructura hidráulica existente, es un imperativo impostergable para las siguientes administraciones públicas federales

Introducción

La construcción de la infraestructura de México durante el periodo Post Revolucionario, no fue coincidencia ni ocurrencia de los actores que permitieron realizarla. Esta, respondió a estrategias claras de desarrollo económico, político y social. Cada una de ellas se formuló de manera gradual y se aplicaron de forma articulada desde su inicio.
En este proceso de construcción del país, la infraestructura hidráulica ha jugado un papel fundamental. La participación directa del estado mexicano en la economía, el centralismo y el uso del gasto público para financiar grandes proyectos, permitió alcanzar niveles de desarrollo insospechados al final de la Revolución Mexicana.

En tan solo 90 años, México construyó infinidad de bordos y presas para controlar el régimen de escurrimientos de los ríos y disponer del recurso en tiempo, espacio y calidad. Se construyeron obras de irrigación, centrales hidroeléctricas y acueductos. Destaca la construcción de 182 grandes presas, que actualmente están en operación y que en su conjunto generan un potencial de almacenamiento de 127,000 Hm3. Con ello, se pueden irrigar 6.5 millones de hectáreas para producción de alimentos, generar energía mediante centrales hidroeléctricas, cuya capacidad efectiva alcanza 11,500 MW y, entregar agua en bloque a cerca de 23 millones de personas, a través de 2,000 Km de acueductos principales.

El esfuerzo político, económico, técnico y social para alcanzar esta base de desarrollo, ha sido de gran envergadura. Así, entre 1926 y 1946, se destinó al sector hidráulico 0.39% del PIB Nacional y 0.84% para el periodo 1947 – 1982. Sin embargo, en los últimos 35 años, el gasto público ejercido en el sector, ha decrecido respecto a los niveles de crecimiento económico hasta niveles promedio del 0.30% del PIB Nacional.

Restricciones económicas, rechazo a la construcción de grandes proyectos y presión sobre los recursos hídricos, hacen necesario el replanteamiento de la política hídrica nacional para eficientar el recurso en todos sus usos consuntivos; promover el reúso y el intercambio en aquellos en donde no se necesite agua de primer uso y, combatir los rezagos en comunidades marginadas.

Dos estrategias parecen resultar evidentes. La primera, que no se aborda en este trabajo, parte del diseño y puesta en marcha de metodologías innovadoras de gestión de cuencas. La segunda estrategia, se basa en el replanteamiento de políticas, estrategias y acciones orientadas a la conservación de la infraestructura existente que permitan, mediante modelos pertinentes de administración de infraestructura, optimizar el gasto público.

La finalidad es alargar su vida útil para garantizar su confiabilidad. Entonces, la conservación y reforzamiento de las capacidades actuales de aprovechamiento de los recursos hidráulicos, es una necesidad imperativa que debe reflejarse, de manera inteligible y ordenada en las estrategias programáticas de la autoridad hacendaria. Por lo tanto, debe estar declarada desde el Plan Nacional de Desarrollo del ejecutivo federal.

La mayor parte de la infraestructura hidráulica con la que actualmente contamos, se construyó en un periodo donde la intervención del estado mexicano en la economía, permitió financiar grandes proyectos, bajo una perspectiva de desarrollo regional, que actualmente continua en operación y que representan la base de una parte importante de la economía nacional. La necesidad de conservación de la infraestructura existente, planteada desde las grandes regiones geográficas, sociales y demográficas del país, es fundamental para comprender, que su falla implicaría grandes impactos económicos, políticos y sociales, además que incrementarían la brecha existente en los servicios que proporcionan.

Por tal motivo, la conservación de la infraestructura hidráulica existente en el país, como medio para alargar su vida útil, y por consecuencia disminuir el impacto de su falla, deben plantearse como una estrategia inteligible en los programas sectoriales, de manera que existan programas presupuestarios con programas y proyectos específicos para tal fin.

Por: Dr. Juan Carlos García Salas

Director de Proyectos Estratégicos de Inesproc

Por: Ing. Guillermo Leal Báez

Director General de la empresa Inesproc

 

 

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