De acuerdo con psicólogos, esta es una de las preguntas más frecuentes entre los ejecutivos, quienes comienzan a dudar del lugar donde laboran, sus propias funciones y su productividad.
Sin embargo, investigadores apuntan que existen tres escenarios que podemos tomar en cuenta para dar una solución a esa inquietud.
-Ignorarlo. Cambiar a una organización representa un arduo trabajo. Así que la mejor opción si no cuentas con el vigor o la constancia para sembrar, cosechar y aprender a hacer un buen agente de cambio, es mejor ignorar ciertas circunstancias, buscar el lado amable de las cosas y aprender a convivir con eso.
-Renuncia al trabajo. La única razón por la cual hay malas organizaciones es porque la gente renuncia a su trabajo, se desconecta, pero no se va hasta que la corren. Si no te gusta lo que ves, renuncia. De esta manera puedes ayudar también a la organización.
-Aprende sobre la gestión del cambio. Esta opción no parece ser fácil, pero sí es la más retadora. Si tomas esta opción en serio vas a aprender a ser un agente de cambio y dejarás de saltar de una empresa a otra esperando que la solución vega de fuera.
Conclusión, tienes al menos tres opciones: tómalo, déjalo o cámbialo.
Si estás dispuesto a ser agente de cambio tal vez el proceso de Coaching ejecutivo o team coaching sean para ti.
Por: Alejandra Cervantes
Reportera