Es un reconocimiento objetivo el hecho de, en lo que respecta al mundo de las infraestructuras del transporte del país, este sexenio se ha caracterizado por traernos a la mesa a un nuevo actor: el proyecto de cuya magnitud, plazo agresivo e incluso especialidad no estábamos acostumbrados.
Esta inédita hasta ahora combinación, “(mayor) magnitud/ (nueva) especialidad/ (menor) plazo”, dio lugar en el universo de las infraestructuras y vías terrestres en México a un nuevo paradigma necesario para afrontar con éxito sus planificaciones, diseños y ejecuciones.
Es importante además recalcar que esta “nueva filosofía de lanzamiento de proyectos llave en mano” fue adoptada incluso por gubernaturas de estado de tendencias políticas diferentes a las federales. Con estos “nuevos” y reducidos plazos, esta tendencia promete ofrecer resultados y réditos políticos dentro del mismo periodo de gobierno, por lo cual, y a pesar de la cantidad de detractores que ha tenido, debemos ya dar la bienvenida al Diseño y Obra de gran Infraestructura, que tiene unas características muy peculiares y que, por todo lo comentado anteriormente, considero que vino a quedarse.
Ejemplos de este tipo de proyectos son el Tren Maya, que tenderá a vertebrar y darle permeabilidad y conectividad ferroviaria a la península del Yucatán; Línea ferroviaria “FA”, que tratará de dar continuidad a la anterior infraestructura desde Palenque hasta Coatzacoalcos; Línea ferroviaria “K”, que mediante la línea ferroviaria “Z”, conectará las líneas anteriores con la costa sur del pacífico mexicano; y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Ellos mismos soportan ciertos discursos que sostienen que había que erradicar al precio que fuera la costumbre y cultura del “proyecto inconcluso y/o cancelado”.
Este extremo puede afirmarse hoy gracias al esfuerzo y ánimo de las dependencias a cargo que acometieron los encargos desde inicios en su día y a los equipos de gerencia de dichos proyectos, dotando a los mismos de especialistas en la estructuración técnica y en el seguimiento de diseños y obras habituados a “pensar fuera de la caja”, siempre atendiendo a las mejores prácticas nacionales e internacionales (conocidas y no tanto) y a un respeto superlativo tanto por la calidad de las obras como por la cantidad de obra a ejecutar.
Si bien el nacimiento de este tipo de proyectos de infraestructuras y los resultados que hasta ahora se están obteniendo parecen indicar que el reinado de los proyectos inconclusos ha llegado a su fin, es de vital importancia no descuidar ni dejar de atender los riesgos inherentes que existen planificando, diseñando y ejecutando obras de la magnitud mencionada en plazos tan exiguos, como:
• Falta de coherencia de los procesos planeación –diseño -ejecución por cambios en los equipos de gerencia, públicos y privados, y/o gerencias inexpertas y noveles en la tipología de servicio y/o especialidad.
Por: Ing. Leopoldo Javier Zambonino Pulito
Socio fundador y Director General en Asesoría y Consultoría Técnica en Ingeniería e Infraestructuras, S.C. (ACTIINFRA)