A diferencia de los proyectos de construcción privados, los proyectos de construcción pública -la llamada infraestructura-, basa sus ganancias en criterios diferentes de la “ganancia” pura, margen de utilidad o “profit” y quienes reciben estos dividendos son individuos o empresas, que identificamos como “sector privado”.
En la infraestructura esta ganancia no obedece a un cálculo tan automático y directo, sino que se compone de la serie de beneficios que elevará la calidad de vida de los habitantes, creando condiciones para que los ciudadanos interactúen en la sociedad en un ambiente sano, de inclusión e igualdad de oportunidades. En pocas palabras, generará en la sociedad un mayor “Bienestar”, y sus ganancias son distribuidas con el público o la ciudadanía a la que están destinadas.
En ambos casos, los modelos usados para determinar el costo-beneficio de las obras, sirven, y mientras en el primero se calculan con base en variables económico-financieras, es decir los insumos requeridos se aplican directamente como costos, y la diferencia con los ingresos sobre ventas, dan como resultado las ganancias.
En el caso de los proyectos de infraestructura, los cálculos requieren del uso de herramientas de cálculo indirecto, como podrían ser dar valor monetario a los impactos (cambios registrados en el estado de las cosas), tanto en prejuicio como en beneficio de los miembros de la sociedad que son de alguna forma influenciados por la obra, de igual forma tanto de manera positiva como negativa. Para ejemplificar lo anterior. Al desarrollar una obra de infraestructura, y durante la etapa de construcción, como pudiera ser la modernización de una carretera. Primero, habrá que determinar el número de afectados, y la intensidad de la afectación, la cual depende de varios aspectos, por ejemplo, número de trabajadores que utilizarán las vías de comunicación, duración de sus traslado tipo de transporte que utilizan, entre otros aspectos, y cruzar lo anterior con el costo de la mano de obra por hora.
Molestias usuales
Tanto más densamente pobladas sean las comunidades, se registrarán más cantidad de usuarios afectados con las obras de construcción. Estos inconvenientes pueden ser incorporados en los modelos de costo beneficio, y asignarles un valor de manera indirecta, por ejemplo, dar un mérito para retribuir a la gente el tiempo de los traslados como si se destinarán este periodo a actividades remuneradas cuando circulan por caminos secundarios a la vía principal que están siendo reparadas. La existencia de caminos alternativos, la carencia a la vía en reparación, la logística aplicada para el reingreso a la vía principal, son aspectos que también entran en la fórmula del costeo, la cual estará vigente durante el tiempo que dure la construcción. Los beneficios, sin embargo, tendrán que esperar en su mayor parte a la conclusión de la obra, para observar cuando sus traslados sean más rápidos, eficientes, libres de ruido y polvos.
Por: Victoria Freyssinier
PhD C´23 y ENV SP. Consultora Senior Internacional en Infraestructura Sustentable, promotora de la Network de Infraestructura Sostenible en México