Algunas ideas para concluir satisfactoriamente un contrato de bienes y servicios, y tener finiquitos y cierres de contratos exitosos.
El antiguo proceso de comercializar un bien material, se basa en un “duelo compra/venta”. El vendedor quiere cobrar lo máximo posible y el comprador quiere pagar el mínimo. Después de librar el duelo, las partes suscriben un contrato que fijará todas las cláusulas acordadas. Una vez cumplido el contrato deberá ser terminado mediante un “Finiquito”, que consiste en un documento que emite el vendedor, declarando que ya fue pagado totalmente el bien material que entregó a satisfacción del comprador.
Existen distintos tipos de finiquito, los de índole laboral, que consiste en una liquidación al terminar una relación de trabajo entre trabajador y empleador; el finiquito libre de deuda, el cual es un documento que certifica el pago de una cuenta y que esta está saldada y satisfecha; y el que nos atañe que es el Finiquito de Obra.
El “Finiquito de Obra” extingue todos los derechos y obligaciones que se fijaron en el contrato. Pareciera ser un proceso simple y terso, pero en las obras publicas en nuestro México no resulta así.
En México, la forma en que se seleccionan y arrancan las obras públicas, depende de factores políticos y voluntad del Gobierno en turno, en cualquiera de sus tres niveles, de las necesidades propias del desarrollo y equipamiento urbano, situaciones de urgencias, así como otros factores. Estas condiciones hacen que las obras públicas tengan calendarios casi siempre “urgentes” para terminar dentro del periodo de gobierno y poder hacer el acto de inauguración, reclamando el mérito al gobierno que la realizó.
Debido a estas condiciones se inician las obras con tiempos muy cortos en el diseño y perfección de los proyectos para reducir los ajustes durante la marcha de la construcción. Se reducen también los tiempos de los procesos de licitación, lo que no permite al contratista hacer una oferta minuciosa y precisa, necesaria para incluir todos los costos.
En esta situación las obras que se realizan se van ajustando al proyecto y especificaciones conforme se va construyendo, lo que hace necesario una gran cantidad de “Convenios modificatorios” en monto, tiempo u otros. Lo que resulta en una cantidad de “trabajos extraordinarios” teniendo el “duelo compraventa” en una forma continua, hasta llegar al finiquito de obra.
La conclusión del proyecto
Para tener los procesos de pago de las obras dentro de un marco legal, se establecieron los órganos internos de control (OIC), que en forma continua haga revisiones a los documentos de pago de las obras. Este OIC se dirige solamente a los funcionarios, el cual no tiene interacción con el contratista, por lo que puede modificar y/o cambiar el “acuerdo de voluntades” que los representantes de las partes tienen: la superintendencia del contratista y la residencia del contratante, cuando esto ocurre seguramente se tendrá una “controversia” que será llevada frecuentemente hasta el “finiquito”.
Desde hace más de 50 años revisamos los procesos de cierre de obra y nos damos a la tarea de analizar la forma en que se generan los “Finiquitos de Obra”, los cuales representan la conclusión tanto de los trabajos como de los cumplimientos en calidad y especificaciones de un Proyecto, en el tiempo pactado y bajo las condiciones de costo establecido, bajo un marco legal definido y contratado. Todo esto es teóricamente hablando, porque la realidad es otra.
Por: Ing. Julio M. Porres Castrillon, Director de operaciones de Constru-Consultoría, S.A. de C.V. [email protected] y el Ing. Víctor Iván Pacheco Villaldama, Director General de Avalúos, Evaluaciones y Proyectos S.A. de C.V.