Para que una compañía realmente llegue a ser un gran lugar de trabajo, el primer paso es poner a su gente en el centro.
Los impactos inmediatos de la pandemia por Covid-19 –la implementación masiva del trabajo a distancia, quizá el más desafiante–, pusieron en el reflector la labor de las áreas de Recursos Humanos, en especial, su contribución al negocio.
De acuerdo con los resultados del estudio El futuro de Recursos Humanos en la nueva realidad, de la consultora KPMG, más de 80% de los directores generales aseguran que las áreas de RH han desempeñado un papel de liderazgo en respuesta a la pandemia, lo que deja claro que la alta dirección valora el esfuerzo por administrar la fuerza laboral en tiempos disruptivos.
Sin embargo, más allá de la contingencia, el verdadero valor de la gestión del talento humano radica en su capacidad para impulsar el rendimiento en toda la organización, aprovechando al máximo el trabajo de los colaboradores, los datos y la tecnología.
Para que una compañía realmente llegue a ser un gran lugar de trabajo, el primer paso es poner a su gente en el centro. El cuidar las condiciones en que se desarrollan los equipos es lo que permite a los administradores del talento humano ser creativos e identificar mejores prácticas y, al mismo tiempo, llevar a la práctica ejercicios de benchmark respecto de otras organizaciones para aprender de ellas.
Respecto del tema de los datos y la tecnología, el estudio de la consultora ya mencionada es contundente: de acuerdo con el promedio de los encuestados, es altamente probable que cerca de 35% de la fuerza laboral requiera que sus habilidades sean reconfiguradas para asumir nuevas tareas (reskilling) o mejoradas y ampliadas (upskilling), y que 39% continúe trabajando a distancia.
Por: Carlos Bojórquez,
HR Director CHEP LatAm.