Uno de los mejores ejemplos para demostrar que la Responsabilidad Social Empresarial se está fortaleciendo cada vez más y se está entendiendo en toda la amplitud que ésta misma sugiere, es mediante el desarrollo de proveedores y distribuidores que son generalmente Pequeñas y Medianas Empresas y que constituyen la cadena de valor de las empresas.
Cabe mencionar, que estas prácticas son un elemento poderoso a considerar dentro de la planeación estratégica del negocio, y en las políticas generales de la empresa para determinar la visión de Responsabilidad Social Corporativa.
Hoy en día, ya podemos hablar de una construcción de una Cadena de Valor Socialmente Responsable, ya que cada vez las empresas de gran tamaño empiezan a permear sus criterios y lineamientos de corresponsabilidad social en su cadena de valor –es decir, sensibilizando y definiendo programas de acompañamiento para generar verdaderos socios comerciales bajo principios éticos y de productividad.
México es un país de jóvenes, por lo tanto no debemos hacer a un lado su participación en el ámbito empresarial y social. Son fuente poderosa de innovación y creatividad para hacer un cambio social significativo en beneficio del desarrollo del país. Es importante incorporar a los jóvenes y dar valor a sus ideas emprendedoras, ya que son ellos los que crean o en su mayoría administran Pequeñas y Medianas Empresas que pueden formar parte de la cadena de valor socialmente responsable de empresas más grandes.
Las tendencias del mercado a nivel mundial señalan que la responsabilidad social se está convirtiendo en un elemento esencial para la competitividad. Por el momento, son las grandes empresas las que han adoptado este tipo de prácticas como parte de su modelo de negocio, pero inevitablemente la micro, pequeña y mediana empresa (MIPYMES), tendrá que caminar en esta misma dirección de mayor exigencia competitiva y compromiso socioeconómico y ambiental. Bajo esta premisa, la MIPYME en México, sigue siendo la fuente del 72% del empleo nacional con un peso específico considerable en la economía del país por su aportación de más del 50% al PIB.
Afortundamente ya hay un pequeño pero importante camino recorrido, pues de las más de 740 empresas que obtuvieron el Distintivo ESR (Empresa Socialmente Responsable) este año, casi la mitad son PYMES y fueron galardonadas como Cadena de Valor Socialmente Responsable, por lo que se reconoció no sólo a las Pequeñas y Medianas Empresas que operan bajo indicadores de sustentabilidad, sino que fue requisito indispensable que tuvieran relación comercial probada con algún corporativo que trabajase junto con éstas en la materia.
Enhorabuena que se empiece a permear la Responsabilidad Social Corporativa hacia la cadena de valor de las empresas, ya que se logran eliminar la falta de manuales que determinen criterios socialmente responsables o peor aún la falta de códigos de ética para eliminar prácticas desleales o de corrupción, pasando más bien a identificar las áreas de oportunidad permitirán una mayor productividad y competitividad que sin lugar a dudas, nos llevará a estar más preparados para hacerle frente a los retos y demandas de la nueva gestión socialmente responsable que se requiere para nuestro México.
Por: MBA. Klaus Gérman Phinder.
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