El mezcal es un licor tradicional mexicano destilado de la planta de agave y su proceso de producción único contribuye a su perfil de sabor distintivo. A menudo presenta una sinfonía de aromas que van desde agave terroso y notas ahumadas hasta toques cítricos, hierbas e incluso matices florales.
Cada bocanada es como un viaje por los diversos paisajes de México. El sabor, una montaña rusa de sensaciones que nos eleva desde las notas dulces y afrutadas iniciales hasta el intenso ahumado que le sigue, es una experiencia compleja y en evolución que involucra al paladar en una danza de sabores.
Sin embargo, ahí, en toda mesa luce con su naturaleza más primigenia: Su conexión con la tierra a través del agave –metl o mexcalmetl, del cual proviene su nombre–, en tanto que su belleza y gusto más íntimos radican en el trabajo artesanal que involucra su producción.
Muchos productores de mezcal se adhieren a métodos tradicionales transmitidos de generación en generación, creando un producto profundamente arraigado en la cultura mexicana a partir de la planta de agave enraizada en las tierras que le dan ese profundo sabor que refleja el terruño (suelo, clima y geografía) fantaseando sobre los diversos paisajes mexicanos en los que los cosechadores trabajan duro, campos iluminados por el ámbar; sus manos cuentan historias, mientras el agave azul cede.
Esa sinfonía de trabajo, hace eco a la tradición, a medida que las generaciones recuerdan, el espíritu se fortalece. En el árido abrazo de la tierra bañada por el sol, el agave crece pacientemente, como símbolo de re[1]nacimiento.
Entre sus hojas ensiformes –fortaleza tan grandiosa–, su piña, guardián de secretos bajo la arena caliente, ofrece el dulce líquido que añejado llevará consigo el peso de una historia de siglos de producción. Sus sabores pueden transportar al bebedor a una época en la que las comunidades indígenas destilaron por primera vez el espíritu, convirtiéndolo en un recipiente para las historias del pasado.
Por: Bárbara Gaxiola
Pedagoga de profesión, editora de oficio