Una consultoría es uno de los giros en los que menos se invierte para iniciar. Pese a ello, no se encuentra libre de todos los retos que conlleva la mayoría: el plan de negocios, la constitución legal, la búsqueda de mercados, las primeras ventas, los socios, etc.
Algo importante es que este tipo de negocio plantea sus propios desafíos, ya que el producto que en este caso se ofrece no es otro más que tú mismo.
Ahora bien, te cuestionarás ¿Y realmente como puedo emprender una consultoría? ¿Qué pasos debo seguir para emprender con éxito?, pues eso nosotros te lo diremos en este artículo.
- Focalízate en la necesidad de tus clientes
En el momento de elegir el área específica en que ofrecerás consultoría, es sencillo caer en la trampa de elegir aquella que más te agrada. Es un criterio importante, sin embargo, también lo es el hecho de que exista una necesidad real del mercado.
Las ventas que tengas, serán de primera mano proporcionales a tu efectividad para comunicarte. Tu mensaje debe expresar, sin lugar a dudas, cual es la necesidad que resuelves. Entre más clara tengas la idea, menor tiempo será el que te tomé enfilarte en el camino de los ingresos. - Realiza tu plan de negocios
Ahora que la necesidad ya la tienes planteada, cuestiónate hacía que dirección quieres llevar tu negocio, ¿Cómo será posible llegar ahí, como recibiré ingresos y que como es posible edificar una relación de largo plazo con los clientes? Analiza en la forma en que obtendrás resultados desde el corto plazo, ya que el reloj comienza a correr desde el momento en que decides emprender.
Estos puntos quedarán plasmados en tu plan de negocios, que deberá contener al menos:- Descripción de tu empresa
- Estudio de mercado
- Análisis de la competencia
- Estrategias de venta y marketing
- Financiamiento
- Tu marca personal necesita fuerza, ¡Dásela!
Así como un book o un portafolio y un currículum avalan tu experiencia, hoy en día también es necesario mostrar la aprobación de otros hacia tu trabajo. Es esencial que tomes en cuenta estos planes:- Publicaciones. Redacta artículos en plataformas como Linkedn, para ampliar tu perfil profesional.
- Presencia en web. Abre una página web en la que enseñes tu portafolio y publiques los testimonios de exjefes, compañeros de trabajo y otras personas con quienes hayas trabajado.
- Posicionamiento. Si estas en el comienzo de tu carrera y no cuentas con experiencia suficiente, una buena idea es que hagas tus primeros trabajos de forma gratuita o por un precio simbólico. De esta manera conseguirás los primeros testimonios a tu favor.
- Busca apoyo
Extrae opiniones de otros consultores o empresarios de tu área. Si no tienes a alguien conocido, toma un curso que te permita aclarar dudas o mantenerte actualizado. - No dejes por nada del mundo de hacer marketing.
Un problema muy regular entre los dueños de pequeños negocios es descuidar esta área mientras laboran en un proyecto. El detalle se da una vez que concluye el proyecto, frecuentemente no hay un próximo cliente y el tiempo desperdiciado puede durar días o semanas.
Como buen habito, ejecuta diariamente estrategias de marketing, asimismo, al terminar los proyectos te será útil pedir referencias y recomendaciones. - Sostén el enfoque
Demasiados consultores caen en la trampa de prever problemas que realmente no se encuentran en sus sectores de experiencia. En ocasiones, el problema radica en el trabajo con clientes que no son de su mercado. Entre más específico sea el nicho al que te diriges, mejor será tu servicio. - Busca el rendimiento
El caso de que una consultoría no produzca algo físico, no quiere decir que esté libre de tecnología. Acoge las aplicaciones que ocupes para automatizar tus tareas, gestionar los proyectos de tus clientes y administrar tu propio tiempo.
No tengas miedo de contratar un par de ojos frescos o pedir favores, cuando sientas que tu rendimiento llegó al límite. Enfrascarse con un cliente en ocasiones es la barrera para ver con objetividad un problema.
Si te percataste, en ninguno de los puntos mencionados se encuentra el seleccionar una oficina. Dicho caso, sería uno de los puntos menos importantes a la hora de iniciar. Si eres de una personalidad extrovertida y necesitas el contacto social, toma en cuenta rentar un espacio de co-working. Sin embargo, nunca descuides lo más relevante: la intersección entre lo que quieres y lo que la gente necesita.