Problemática ambiental de los plásticos y soluciones

Definición e historia de los plásticos

Los polímeros, también conocidos como plásticos, son materiales orgánicos y sintéticos, formados por cadenas repetidas de monómeros combinados entre sí mediante reacciones de polimerización. Los plásticos sintéticos se producen a partir de derivados del petróleo mediante procesos petroquímicos, son compuestos orgánicos integrados principalmente de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, cloro, azufre, silicio y fósforo.

Al agregarse un aditivo se modifican sus propiedades, mejorando su resistencia[1]. Además, existen plásticos de fuentes renovables, como el ácido poliláctico, derivado del almidón de maíz o la celulosa derivada del algodón. También se producen plásticos con bacterias como los polihidroxialcanoatos o los polihidroxibutirato (bacteria AzotobacteR vinelandii), así como otro polímetro extracelular de importancia comercial que es el alginato.

Los plásticos se clasifican de acuerdo con sus propiedades, por ejemplo, respecto a su monómero base (naturales o sintéticos), su comportamiento al calor (termoplásticos o termostables), la reacción de síntesis (adición, condensación o formados por etapas) o su estructura molecular (amorfos, semicristalinos, cristalizables, comodities o de ingeniería). Son muy ligeros, resistentes, transparentes, aislantes de electricidad no se corroen y son económicos; sus principales procesos de fabricación son el moldeo por inyección y la extracción. En 1860 en los Estados Unidos, John Hyatt fabricó el primer polímero, un celuloide, el objetivo fue sustituir bolas de billar de marfil. Lo obtuvo disolviendo celulosa en una solución de alcanfor y etanol. En 1909 −medio siglo después− Leo Baekeland creó el primer plástico totalmente sintético: la baquelita; la sintetizó a partir de fenol y formaldehído. En 1920 Hermann Staudinger sintetizó poliestireno y diseñó la teoría de la polimerización. En 1933, Reginald Gibson y Eric Fawcett descubrieron que el gas etileno polimerizaba bajo la acción del calor (170 °C) y la


[1] Algunos aditivos protegen al plástico de la radiación ultravioleta, mientras otros se utilizan como colorantes, retardantes de llama y plastificantes, entre otros.

presión (1400 bar), formando un termoplástico de alta viscosidad al que llamaron polietileno. A principios de la década de 1950 se trabajó en la polimerización de olefinas, principalmente el etileno y el polipropileno. En la actualidad existen siete tipos plásticos: polietileno tereftalato (PET), policloruro de vinilo (PVC), polietileno de alta densidad (PEAD), polietileno de baja densidad (PEBD), polipropileno (PP), poliestireno (PS) y otros.

Problemática

En poco tiempo los plásticos han ocupado un lugar importante en las actividades humanas. A pesar de que en la década de 1930 empezaron a producirse, dos décadas después su uso permeó todos los ámbitos de nuestra vida. Este impacto fue tan grande que para la mitad de la década de 1980 su consumo rebasó al de los metales o el vidrio. En México se producen 300 millones de toneladas de plásticos al año (se recicla 3%) y el 50% es de un sólo uso. Se estima que al año se producen 200 botellas de PET por habitante: México se encuentra entre los países que más desechos de PET genera, debido al alto consumo de refrescos y agua embotellada.

Una botella de plástico tiene unos cuantos meses de vida útil. Si termina en un relleno sanitario o tiradero a cielo abierto, tardará entre 450 y 700 años en degradarse, sin embargo, se acumulan sustancias tóxicas presentes tanto en los plásticos como en otros residuos, por tanto se incrementa la toxicidad. Se estima que el 80% de los desperdicios en el mundo acaban así, sin embargo, 8 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos cada año; ahí se producen islas de residuos que pueden matar hasta un millón de aves y 100 mil tortugas y mamíferos marinos al año y son capaces de afectar organismos a 2 mil o 3 mil metros de profundidad.

Cuando el plástico entra al ambiente empieza un proceso de degradación o de erosión mecánica, específicamente en el mar, donde salinidad y corrientes van erosionando y provocando que se formen micropartículas, que son más peligrosas que el plástico. Estos microplásticos son ingeridos e internalizados por especies como el pepino de mar y el cangrejo ermitaño. Por otra parte, aunque ha sido más estudiada la relación de plásticos y océanos, también existen algunos trabajos enfocados en la afectación de los plásticos en los suelos (Farrés A. /Peña C. 2017).

Soluciones

En el país existen 363 empresas dedicadas al reciclado de residuos. Los principales residuos de plástico reciclados son polietileno con el 51%, PET con 22% y polipropileno con 18%. El 38% de los residuos de plástico reciclados proviene de empresas, 27% de centros de acopio y el 26% de la pepena (ANIPAC[1]).


[1] Asociación Nacional de Industrias del Plástico.

Una botella de agua o cualquier otro residuo de plástico debe ser reciclada: producción de pellet (nuevos plásticos o ropa o ladrillos, entre otros) o valorizada térmicamente: combustibles derivado de residuos (CDR), por ejemplo, en la industria cementera; además, se aprovechan los minerales contenidos en los plásticos como materias primas para el cemento.

También, es posible acelerar la degradación de los plásticos, de 500 años en promedio a 15 días, aproximadamente, esto a través de enzimas recombinantes. Para lograr este proceso se aíslan genes del hongo Aspergillus nidulans y se transfieren a la levadura Pichia pastoris, y así se logra la degradación de poliésteres (Farrés A. /Peña C. 2017).

Otra solución es la educación ambiental, es decir, la concientización de la población en el sentido de consumir, en la medida de lo posible, únicamente los bienes y servicios necesarios. Es imprescindible que todos conozcamos la situación de la disposición final de los residuos sólidos urbanos y residuos de manejo especial en nuestro país. Si México tiene 2,471 municipios y algunos no tienen un sitio de disposición final de residuos, otros tienen más de uno, es decir, hay una gran cantidad de lugares con notorios y profundos daños ambientales, con efectos que permanecerán por cientos de años.

Finalmente, la solución anterior debe complementarse con la vigilancia de las autoridades ambientales de las entidades federativas y de los municipios sobre un manejo integral de los residuos de plástico, enfocándose a las etapas de aprovechamiento (reciclado y valorización) y disposición final, debido a que estudios han demostrado que únicamente dos de cada diez personas capacitadas realizan un manejo integral de sus residuos.

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Por: Mtra. Laura Beltrán García

Directora General CEMGI

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Mtro. Edgar Navarrete Escobar

Coordinador de Proyectos CEMGI

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