El Covid-19 provocó que millones de personas perdieran su empleo y con ello, que miles de niñas, niños y adolescentes dejaran la escuela. Pero incluso gran parte de quienes siguieron estudiando lo hizo en condiciones tan precarias que su posibilidad de movilidad educativa se redujo entre 25 y 33% respecto a la de sus padres y madres, lo que los pone en riesgo de trabajo infantil y que tengan un empleo precario en el futuro.
El informe La educación ante la pandemia de covid-19. Vulnerabilidades, amenazas y riesgos en las entidades federativas de México, reveló que más de 5.2 millones de personas de entre 3 y 29 años no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021. Entre los motivos asociados a la pandemia, la mayoría, 26.6%, no volvió porque consideró que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje.
Pero el 25.3% señaló que no se reinscribió porque su mamá o papá, o ambos, se quedaron sin trabajo. En tercer lugar, el 21.9%, porque carece de computadora o conexión a internet. El rezago educativo en América Latina y el Caribe podría traducirse en la pérdida de más de 1,700 millones de dólares. Ese dinero es el que dejarán de ganar millones de personas trabajadoras debido a que su formación fue deficiente. Esa cantidad es el equivalente a aproximadamente al 10% de los ingresos totales en la región.
Por: María Vallejo
Reportera