De acuerdo con la Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), “el desarrollo de los diferentes Estados en la región ha tenido como principal característica el no involucramiento de los pueblos indígenas desde un enfoque participativo y multicultural.
Esto ha ocasionado una serie de acciones impuestas en los sistemas locales tradicionales con impactos para la cultura, patrimonio y oportunidades socioeconómicas de estas comunidades. En muchos de los casos, la migración de los pueblos indígenas surge como consecuencia de estas presiones culturales y de las nuevas condiciones de vida industrializada y globalizada que promueven los Estados”.
Sin embargo, en México esto ha venido cambiando de a poco, y cada vez con más frecuencia, con agrado nos sorprende encontrarnos con destacados miembros de diversas comunidades indígenas que están logrando ser un parteaguas en distintos ámbitos de acción, logrando mantener su identidad y tomándola como plataforma de impulso para trascender en un entorno de transculturización histórica, política y social.
Comunidad cultural
Un claro ejemplo es la cultura, en donde destacados artistas plásticos han trascendido mundialmente, tal es el caso de Francisco Toledo, Alberto Aragón Reyes, Ixrael Montes, Alejandro Santiago (quién actualiza y visibiliza el tema de la migración), o el maestro Rufino Tamayo, indígena zapoteco que retomó los pigmentos naturales como el rojo de la grana cochinilla o el azul añil obtenido de la planta jiquilite, utilizados en distintas comunidades de la región para lograr maravillosas tinturas en sus obras textiles.
Por: Manuel Gálvez Cruz, Comunicólogo
Maestro en Publicidad, Productor Audiovisual, Entrepreneur y Gestor Cultural.
